El ser humano es un
animal de costumbre.
Dentro de la
percepción filosófica, el hombre se
encuentra clasificado dentro del grupo de los seres animados. Tiene una
espectacular ventaja sobre los demás seres vivos: Es el único ser capaz de
razonar y, por ende, el único capaz de
alterar el medio para adaptarlo a sus necesidades de una manera
significativa.
El hombre, si bien racional, está atado de manera inseparable a sus instintos
y pasiones. Un ejemplo claro de ello son los hábitos. El hábito es un comportamiento
que repetimos regularmente, que requiere de un pequeño o ningún raciocinio y es siempre aprendido. Nunca
suceden sin ser ocasionados. No se nace
con hábitos.
Los hábitos se crean, no se obtienen por herencia, se pueden volver necesidades y nos
llevan a realizar acciones automatizadas. ¿Esto es malo? Depende la calidad del
hábito y del tiempo que se mantenga. Porque existen buenos hábitos y malos hábitos. Algunos hábitos (como por
ejemplo comerse las uñas) pueden desperdiciar importantes procesos mentales que
bien podrían aprovecharse en tareas más exigentes, pero otros fomentan prejuicios o son perjudiciales y es allí donde se generan los vicios. Los buenos hábitos, por otra parte, predisponen a una persona a la perfección
de la realización de una tarea o actvidad.
Un
buen hábito puede llevarte al éxito. No tener la capacidad de despojarte de él
puede arruinarte. Porque lo que funciona hoy puede no
funcionar mañana. El mundo evoluciona, los métodos evolucionan. Tú y tus
hábitos deben evolucionar si quieres llegar al éxito.
Por
eso decimos que el éxito es un viaje y
no un destino. Porque lo que te dio
éxito hoy puede quitártelo mañana si no tienes la capacidad de cambiar y
modificar tus hábitos o reemplazarlos por otros más indicados para el momento
que estés viviendo.
Un hábito
adquirido por la práctica frecuente de un acto se vuelve costumbre. Y las costumbres si bien tampoco se heredan, se transfieren de una generación a otra
sea de forma oral o representativa y, con el tiempo, se transforman en tradición.
“El cambio necesario” intenta graficar de una manera sencilla y
entretenida la necesidad de crear buenos hábitos. De reemplazar los malos
hábitos por hábitos mejores y de entregar las herramientas necesarias para no solo comenzar un cambio positivo en tu
vida sino además volverlo sostenible en el tiempo. No solo por Ti. Por tus
hijos y las generaciones que vendrán.
“Solo existen dos días en el año en
los que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo
tanto hoy es el día ideal para amar, creer, hacer y principalmente
vivir”
Dalai Lama
Éxitos.
Martín León.-
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