Para
generar un cambio positivo en nuestra vida no alcanza solo con sentir la necesidad. Además
debemos volvernos intolerantes frente ella.
Esto último es lo más
difícil ¿Sí o no? Todos sabemos lo que
necesitamos para ser felices, pero pocos nos levantamos y vamos a buscarlo.
Pocos nos atrevemos a salir de nuestra zona de confort. Pocos nos animamos al cambio porque, si bien nuestra vida no es la
ideal, al fin y al cabo, respiramos. Nuestras necesidades básicas se ven
satisfechas.
¡Dejemos las mediocridades!
Todos
los que detectamos un falencia en nuestra vida tenemos el deseo de cambiar. Pero
la gran mayoría teme que el precio del cambio sea demasiado alto, por lo que
decide no correr el riesgo.
Pero el deseo está ahí. Latente. ¡El deseo de
ser mejor! El deseo de ser más, porque tenemos la certeza de que no estamos
desarrollando todo nuestro potencial. El deseo está a la espera de un disparador para expresar todo su potencial y darnos
las herramientas necesarias para hacerlo realidad. Y ese disparador puede accionarse sin previo aviso. Una canción, una
poesía, un libro, una discusión, un enfrenamiento, la frustración de no poder
darle a nuestra familia todo lo que necesita…
Cualquiera puede apretar el gatillo.
Y un día, ¡un fabuloso
día!, algo sucede. Algo sirve de catalizador y te impulsa a exteriorizar todo
ese disgusto que tenías reprimido. Un día te cansas y dices “¡Basta para Mí! ¡Ya tuve suficiente de esta
porquería!”.
Ese día, Mi estimado, es realmente el primer día del resto de
tu vida.
Jim Rhon decía que “el disgusto es una
emoción negativa pero puede tener un efecto positivo y poderoso”. Y no se
equivocaba.
El disgusto por tu situación te lleva a
decir “¡Ya basta!”. Te lleva a tomar la decisión de cambiar.
La Decisión es importante para que ese
disgusto valga la pena. El día que te sientas a decidir, estás cambiando. ¡Decidir
qué quieres y que no quieres para tu vida es grandioso! Decidir qué quieres
hacer y que no quieres seguir haciendo te dará la principal herramienta para
generar el cambio: La inspiración.
El día que te sientas a decidir estas tomando las riendas de
tu vida. ¡Que
motivador es el día que te sientas a decidir! ¡Qué inspirador es sentir que tú
tienes el control!
Deshazte de tus malos
hábitos y reemplázalos por nuevos. ¡Es suficiente de esta porquería! ¡Basta!. El día que decidas cambiar, ya habrás
cambiado.
Entones aquí tienes lo
necesario para empezar. El disparador.
Las 3 D:
-
Deseo de cambiar.
-
Disgusto por la situación actual. Que nos
lleva a exteriorizar el deseo.
-
Decisión de cambiar.
-
Las tres D son una
receta más que eficaz para disparar un cambio asombroso que te llevara a
evaluar tu vida, detectar los malos hábitos y reemplazarlos por buenos hábitos,
emprender y lanzarse a lo desconocido. ¡Qué emocionante!
Parece simple,
¿verdad? Pues no lo es tanto. El hombre es un animal de costumbre. Y su mayor
costumbre es posponer lo importante. Tiene el deseo de cambiar, pero no quiere afrontar
el trabajo. Por pereza o por miedo a tomar el riesgo.
Porque lo simple de hacer también es simple no
hacerlo.
Asique no te duermas.
¡Manos a la obra!
Exitos.
Martín León.-
@FdeVendedores
Fábrica de Vendedores quiere verte crecer.
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