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martes, 29 de enero de 2013

Animarse a Emprender.

¿Recuerdas cuando dejaste la casa de tus padres?


Yo si. Recuerdo que comenzó con periodos prolongados en casa de amigos, vacaciones sin familia y luego, trabajando en oficina, terminar de bares con amigos y durmiendo en la casa de aquel mas cercano al trabajo un par de horas para luego volver a acoplarme a la rutina diaria. Estos largos periodos fuera de casa me llevaron a sentir que podía hacerlo solo. Podía vivir por mis propios medios. tener mi lugar, amueblarlo a mi manera y volver a la hora que me parece sin necesidad de la silenciosa entrada para no despertar a nadie. ¡Que emocionante! ¿verdad?

Aún recuerdo planificar con miedo mi salida triunfal de casa. ¿Donde viviría? ¿Como viviría? ¿Que muebles tengo? ¿Cuales me faltan? ¿Puedo conseguir algunas cosas necesarias sin necesidad de comprarlas?

Y un grandioso día me lancé. Mi padre me ayudo con la mudanza a pesar de sus pocas expectativas por mi corta edad y mi gran predilección por la improvisación. Pero aún así me apoyo. "¿Estas seguro?" me decía. "Mirá que cuando cierres la puerta y yo me vaya estás solo. Hace bien tus cuentas".

Por supuesto no las hice. Me tiré a la gran pileta de la independencia sin snorkel ¡Y sin saber nadar!. 
Y así me fué. 

Era tan malo administrándome que no me alcanzaba el dinero nunca. Los últimos días del mes comía poco y nada. Y para colmo de males era consultor viajante para una empresa agropecuaria que no solo pagaba mal sino que ademas daba muy malos viáticos a sus empleados para mantenerse en los periodos de viaje y no llegaba a pagar hotel, comidas y combustible con mi cuota diaria. Esto sumado a mi mala administración y poca capacidad de planeamiento hacía que me comiera mi sueldo mientras trabajaba. Por lo que llegaba a casa con menos dinero del que me había ido ¡Era un desastre!

Obviamente la historia termina bien, sino no estarías leyéndome.

He leído últimamente algunos artículos sobre las crudezas del emprender y lo fatales que pueden ser sus resultados. Particularmente uno de Jordi Valls llamó mi atención. Se titula "Emprender puede ser una decisión Fatal", publicado en puromarketing.com.

Pues debo decir, respetuosamente, que no puedo estar más en desacuerdo.

He trabajado muchos años de mi vida en el ámbito comercial vendiendo, desarrollando, capacitando, liderando. Pero siempre he trabajado para otros. Siempre he tenido "padres comerciales". Antes de descubrir esta hermosa profesión trabajaba en el ámbito agropecuario. Allí era lo mismo con mi "padres agrónomos". 

Un día, no hace mucho, decidí cambiar mi estrella.

En fin. Emprender no es malo, no importa el resultado. Emprender es crecer. Es emanciparse de los "padres laborales" para comenzar un nuevo camino de independencia. El de la independencia financiera. 

¿Emprender es arriesgado? pues claro. Como lo es cruzar la calle o meterse a nadar al mar o infinidad de cosas que hacemos habitualmente. Sin riesgo no habría mérito. 
¿Puedes equivocarte? Pues claro. Como puedes reprobar un examen de manejo o dar mal un final en la universidad. Pero ¿y si no te equivocas?

Obviamente debes planificar para emprender. No es fácil, eso lo reconozco. Debes tener en cuenta gastos, impuestos, cargas sociales, tiempos, presupuesto disponible, producción, clientes, espacio físico si lo necesitas y toda variable inherente a tu negocio antes de tomar la decisión. Pero si decides emprender, si te crees capaz, No lo dudes. Te puedo asegurar que si fracasas sabrás que NO hacer la próxima vez que lo intentes.

Es verdad que muchos fracasan. Pero también lo es que muchos triunfan. Y eso tendría que alentarte. Hoy existen muchas incubadoras de empresas y organizaciones dedicadas al asesoramiento para emprendedores. No necesitas ser un genio de las finanzas para lanzarte a desarrollar tu propio negocio. Solo necesitas una buena idea, ganas, perseverancia y un deseo ferviente de cambio.

Es dificil. Pero nada malo sucede. Si te va mal obtendrás las herramientas para mejorar. Si no mejoras iguamente habrás ganado una experiencia valiosísima que seguramente te llenará de pesimismo y encontrarás la manera de regresar a tu zona de confort. Porque los conocimientos y las herramientas que tenías no las has perdido cuando dejaste tu trabajo y hoy has agregado nuevas experiencias. Has agrandado tu zona de confort.

Si te va mal, mi amigo, serás el mismo que antes pero con mas experiencias vividas, mas fuerte y mas sabio. ¡No temas! Encontrarás la manera de volver al equilibrio.

Y en lo posible, no te rindas. Si estás convencido de la bondad de tu idea replantea tu estrategia y vuelve a intentar.

Me voy a adelantar a la excusa: "Si te va mal cuando te independizas siempre puedes volver de tus padres". Algunos si. Otros no. Lo mismo pasa con los trabajos.

No dejes que otros te digan que no puedes. Que no te atemorice el pesimismo ajeno. Tu realidad es tuya y eres tu quien tiene el poder y la obligación de modificarla. 

Te lo dice un emprendedor.

Si no compartes mi punto de vista esta muy bien. Si quieres enriquecerme con tu opinión, por favor, hazmela llegar aquí.

Gracias por el tiempo

Exitos.

Martín León.-
@FdeVendedores

Te invitamos a visitar nuestra web www.fabricadevendedores.com.ar
En Fábrica de Vendedores podemos ayudarte.




2 comentarios:

  1. Gracias Martín León por tus pensamientos, como lo expresas en tu blog y lo comparto, en la vida todo es un riesgo y porque no arriesgarse a tener su propia empresa!, es un camino destapado con muchos obstáculos, te angustias, reflexionas, te fatigas y continuamente revalúas tus decisiones, continuamente piensas que tomaste una mala decisión, que esa no era la salida y así sucesivamente, finalmente te digo la única forma de saber que tal es, es emprendiendo......

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  2. Gracias por tus palabras Redcied. Y no tengo mas que desearte felices pascuas para ti y los tuyos.
    Éxitos.

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